¿Sueles Comer Frutos Secos?
Los frutos secos han sido durante mucho tiempo los grandes olvidados en las dietas saludables. ¿Y todo por qué? Básicamente porque venimos de un momento en el que se ha dado demasiada importancia a las calorías y al balance energético sin fijarnos lo suficiente en los nutrientes que nos aportan los diferentes alimentos. Así, dado que los frutos secos realizan un gran aporte energético, han sido vetados en la alimentación sana.
Pero las cosas han cambiado: a día de hoy sabemos que es más interesante analizar los nutrientes de un alimento que su aporte calórico (que también debe de ser tenido en cuenta, sin duda), que las grasas pueden ser saludables si elegimos las de mejor calidad, y que los frutos secos pueden ser un alimento muy interesante en nuestra dieta, sobre todo si somos deportistas.
Una de las grandes virtudes de los frutos secos es que tienen una gran densidad calórica: esto es, que con una pequeña cantidad de alimento son capaces de aportarnos muchas calorías. Como decimos, en determinados momentos esto puede ser una virtud, como por ejemplo si los consumimos antes de una competición o de un entrenamiento de resistencia, ya que nos permiten obtener mucha energía a largo plazo con una ingesta pequeña.
Los frutos secos son una importante fuente de fibra en nuestra dieta y pueden ayudarnos a llegar a los 25 gramos diarios recomendados por persona. Un consumo adecuado de fibra nos ayuda a regular nuestra salud intestinal evitando problemas como el estreñimiento y ayudándonos a regular los niveles de colesterol y de glucosa en nuestra sangre.
Además, la fibra que contienen los frutos secos nos ayuda a mantenernos saciados durante un mayor período de tiempo. Esto, unido a su riqueza en grasas y proteínas, también con una alta capacidad saciante, hace de los frutos secos una gran ayuda en dietas de adelgazamiento aunque contengan una alta cantidad de calorías, siempre y cuando realicemos un consumo moderado.
Por supuesto, cuando hablamos de frutos secos nos referimos a su versión cruda o como mucho tostada al horno, que son las formas más saludables de consumirlos. No se incluirían dentro de este grupo los frutos secos fritos, recubiertos de sal o de azúcar (no: los cacahuetes fritos con miel no entran dentro del grupo de frutos secos saludables).