¿Te duelen los pies?No lo dejes pasar
QUÉ HACER CUANDO HAY DOLOR DE PIES
En cualquier caso, ante la presencia de dolor, es importante que sepas que hay tratamientos disponibles y formas naturales de aliviar las molestias.
¿Es cierto que el juanete duele más cuando se está formando?
Sí. Ocurre porque las articulaciones están unidas por unas cápsulas y estas se distienden cuando el juanete se está desarrollando. Las capsulas son estructuras que tienen múltiples receptores, entre los cuales están los del dolor. De esta forma el cerebro tiene la información para saber cómo está posicionada esa articulación.
Así, mientras se está desarrollando el juanete, como esa cápsula está en tensión porque está cediendo, es cuando más dolor provoca. Cuando la deformidad ya está desarrollada, lo que provoca el dolor es la propia compresión del juanete (cuando le aprieta el zapato) o que la deformidad afecte ya al segundo o tercer dedo, haciéndolos poner en garra, también es muy habitual.
Puedes tener un juanete por apoyar mal el pie
Lo primero que hay que tener en cuenta es que si se está formando un juanete lo más probable es que no se esté apoyando bien el pie, ya que este solo sale normalmente cuando el pie tiene una pronación excesiva (se apoya más en la parte interior) o apoya de forma patológica, ya sea por la estructura de ese radio o por una mala posición general del pie.
En este caso la solución es sencilla: si tú tienes un pie que apoya mal y logras que lo haga mejor frenas el proceso del juanete y casi siempre logras que no moleste tanto (si lo acompañas de un zapato adecuado que no presione sobre ese juanete ya formado).
¿Y si los hemos “heredado”?
No vale la explicación de que tu madre y tu abuela también los tienen: probablemente ellas también tengan un problema biomecánico. Y si el juanete ya está formado y sigue habiendo mucho dolor o está desviando el resto de los dedos, puede requerir solución quirúrgica.
¿Cómo podríamos aliviar el dolor de pies esporádico?
Si duelen al final del día por una dura jornada laboral, tras un viaje o un esfuerzo puntual… hay algunas soluciones que pueden ayudar. Por ejemplo, hacer algún tipo de pediluvio (meter los pies en remojo en agua tibia).
El agua hervida con tomillo es un gran antiinflamatorio
Lo típico es sumergirlos en agua con sal o bicarbonato pero quizá es más efectivo meterlos en agua hervida con tomillo porque es un buen antiinflamatorio que ya utilizaban nuestras abuelas y que puede hacer que el pie se relaje todavía más.
De todas formas, si todos tuviéramos cada día un ratito para pararnos, sentarnos y poner los pies en agua tibia en remojo (aunque fuese simplemente en agua sin nada más) ya lograríamos que se relajasen y notaríamos sensación de confort.
¿Darnos un masaje es efectivo?
Sí, es otra forma de relajar sus tejidos. Además se puede aprovechar el masaje para aplicar una crema hidratante, ya que esto permite que su piel esté más elástica, lo que reduce el riesgo de sufrir heridas, irritaciones…. En verano también debemos aplicarnos en la playa crema protectora solar porque hay muchas personas que olvidan protegerlos y se queman sobre todo el empeine.
¿Los fármacos pueden ayudar?
Dependiendo de cómo sea el dolor se puede tomar ibuprofeno o paracetamol, aunque todos sabemos que no se debe abusar de los fármacos y lo adecuado es buscar el diagnóstico para saber la causa y tratarla.
SÍNTOMAS DEL DOLOR DE PIES
¿Y si no sentimos dolor pero notamos otros síntomas?
Siempre en cuanto se detecta cualquier tipo de problema hay que acudir al especialista. Tanto si aparece dolor como si hay indicio de infección o una uña cambia de color o se encarna… cuanto antes consultemos con el podólogo mejor.
A veces, por ejemplo, en el caso de una infección se acude al podólogo solo cuando una la uña está totalmente comprometida y es difícil de tratar. Mientras que si se hubiera consultado al detectar el cambio de coloración hubiera sido muy sencillo acabar con esa infección.
Lo mismo ocurre con problemas mecánicos como la fascitis: si los cogiéramos a tiempo pues no se llegaría a un deterioro tan importante.
¿Qué síntomas no deberían pasar por alto?
La sensación de tener un calcetín arrugado en la planta del pie y que por más te quites el zapato no desaparece o la falta de sensibilidad en el pie (no notar dolor al sufrir una rozadura, por ejemplo) puede indicar una neuropatía, es decir, un problema de sensibilidad.
Notar los pies excesivamente cansados y las piernas muy hinchadas o sentir que los pies pesan como si llevasen sacos de tierra… pueden indicar una vasculopatía (un problema de circulación sanguínea o de retorno venoso).